Un por qué de los ataques de los seudoescépticos: Su perdida de influencia

Los seudoescépticos pueden repetir que han ganado su lucha contra las «seudociencias», que han suprimido diplomados en universidades, pero la realidad es que van perdiendo. Quien censura es porque tiene mucho que perder.

Imperium fail!

La total mayoría de lumpenseudoescépticos critica revistas como Homeopathy, incluso el charlatán de Francisco Villatoro llamó a censurar cualquier publicación de homeopatía. Este mismo propagandista llegó a insultar al Nobel Luc Montagnier, a pesar de que Villatoro no refutó absolutamente nada. No contento, se alegró de que la revista Homeopathy saliera del Journal Citation Reports (JCR), sin mencionar que hubo 17 revistas «convencionales» a las que le fue retirada el JCR, algo bastante desproporcionado. Para su mala suerte, este año Homeopathy volvió a entrar en el JCR con un Factor de Impacto 50% mayor, respecto del anterior. ¿Y qué hay de las revistas del seudoescepticismo?

Revisión por pares (o simulada)

Mètode, es una revista anual editada en colaboración con al Universidad de Valencia y el ARP-SAPC colabora con ellos. Fue fundada en el 2011 y actualmente está operativa. No tiene ningún JCR.

Philo Journal, financiada por el CFI (Center for Inquiry), fundada en 1998 en conjunto con al Universidad de Purdue. Nunca fue incluida en el JCR, terminó en 2014. Algo bastante patético.

Scientific Review of Mental Health, otra revista financiada por el CFI y su subcomité, la Commission for Scientific Medicine and Mental Health junto a la False Memory Syndrome Foundation (FMSF). Fundada en el 2001, terminó su última edición en 2007, aunque jamás fue indexada en el JCR. Esta revista tiene el detalle de que fue, en parte, una publicación dedicada a la defensa «científica» de la pedofilia. Luis Alfonso Gámez también ha difundido propaganda a favor de ese tipo de contenidos y de la reina de los violadores infantiles, la matemática Elizabeth Loftus. Spiked, la revista «pro libertaria» y seudo marxista (más relacionada con el humanismo comercial de Paul Kurtz), publicó una nota defendiendo a Loftus.  A pesar de que Spiked es una revista financiada por el Science Media Centre (organismo montado en buena parte por empresas como Monsanto y Exxon).

Scientific Review of Alternative Medicine, de nuevo tenemos otra revista financiada por el CFI y su subcomité Commission for Scientific Medicine and Mental Health, fundada en 1997 y finalizó hasta el 2007. No fue indexada en el JCR.

Otras revistas desde populares hasta boletines parroquiales (carentes de revisión por pares)

Argentina

  • Banderzine, boletín electrónico con las opiniones de Matías Suárez Holze.
  • El Ojo Escéptico, fundada por el Centro Argentino para la Investigación y Refutación de la Pseudociencia (CAIRP) en colaboración con el Center for Inquiry (CFI). Funcionó de 1992 a 1994.

Cánada

España: 

  • El escéptico digital, fundada en 1999 terminó sus operaciones en el 2004.
  • El escéptico, fundada por ARP-SAPC en 1998 y actualmente operativa.
  • Pensar, funadada en el 2004 por el CFI y el ARP-SAPC, cesó sus actividades en 2009.

Estados Unidos de Norteamérica

México

  • El investigador escéptico, fundada en 1989 terminada en 1989.
  • Perspectivas Ufológicas, fundada en 1980 y con poca duración (¿?).
  • Razonando, revista iniciada en 2011, termina en 2015 debido a diferencias de opinión entre la secta de los Dawkinianos y los Kurtzianos-saganianos.

Reino Unido y EE.UU.

Se han omitido algunas revistas como FACT o Theoria por no ser exclusivamente del seudoescepticismo, como también algunos boletines que no son propiamente magazines o revistas. Pero aún con esto, es posible notar que fracaso tras fracaso, el movimiento seudoescéptico publica o auspicia revistas de bajo perfil, trabajos de nula o baja calidad y con críticas realmente paupérrimas que parecen calcados uno tras otro. Como negocio que son, o algunas lo fueron, sus organizaciones están en casi completa desintegración por mucho que quieran poner buena cara. Por ejemplo, su antiguo Webring ha muerto, sin olvidar su lista de organizaciones de las que la mayoría el enlace ya no funciona o los encargados no contestan los correos. Su premio del millón de dolares terminó, ahora se conforman con premios de poca monta que no alcanzan para costear una investigación de verdad. Eso, y la fuga de socios de sus negocios, por su exaltado machismo, abuso de confianza, carácter sectario, intentos fracasados de control mental, su youtibismo barato, etcétera. Que autoridades e instituciones tomen en cuenta a un seudoescéptico es como poner a un dictador chiflado y ultra capitalista frente a un botón rojo con la leyenda de ‘Bomba nuclear’. Además, no hay regulaciones vigentes para estos grupos porque cualquiera se puede hacer un «escéptico» y poner cualquier estupidez sin que nadie le pueda reclamar, eso debería cambiar y la sociedad no debería permitirlo.

Ante la pandemia de trabajos científicos que contradicen al seudoescepticismo, a estos no les ha quedado más que votar por su último recurso que es la censura de los demás, algo así como: «Si a mí me pasa, que le pase a los demás». La caída del seudoescepticismo no es culpa más que de sus ansias de poder, su sed de dinero, sus peleas internas por el poder, y su carácter bélico y fraudulento. Tengamos en cuenta lo siguiente: Los imperios tarde o temprano caen por su propio peso y el seudoescepticismo no es un ente eterno.

 

Imperio

 

 

 

 

 

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